viernes, 1 de abril de 2011

EL CAMPANERO





Hoy les voy a hablar del campanero del pueblo de mi churri, pueblo por otra parte de muchos de ustedes y que yo casi siento como mío;  desconozco su identidad aunque barajo dos hipótesis, o es el cura, conocido popularmente como "Limorti" o es el sacristán que no tiene, que yo sepa, nombre conocido aunque los del pueblo si que le tendrán adjudicado un buen apodo, yo por si las moscas, me refiero al campanero  y dejo de lado cual de los dos sea el culpable de mis males.

Como buena urbanita que soy desconocía hasta hace algunos años lo que es sentir la vida rural en tus carnes.
 Me explico, nací, vivo y me reproduzco en Valencia, gran ciudad donde las haya en la que la vida transcurre por cauces muy diferentes a los de un pueblo….. aquí los ruidos son otros, coches, ambulancias, bomberos, pubs musicales sin insonorizar, autobuses con los tubos de escape de la época de Henry Ford y por supuesto los horribles petardos falleros que atruenan noche y día desde el 1º de marzo, ruidos a los que una está acostumbrada pues se ha criado con ellos desde que nació y de los que, por otra parte, difícilmente podría prescindir pues forman parte de su naturaleza pero…..lo que es difícil escuchar en una ciudad son las campanas, si las campanas de las Iglesias, esas que tocan constantemente para avisar a los fieles de todas las vicisitudes que interesan a la Parroquia. Y son difíciles de escuchar porque el resto de los ruidos urbanos las amortiguan  ¡¡¡¡gracias a Dios!!!
 Desde que me casé he veraneado en el pueblo de mi churri, de tamaño pequeño, mil y pico habitantes, y UN CAMPANERO......si señores, ¡un campanero! que me tiene amargadita.....y la mayoría de ustedes ya conocen mi obsesión con dicho ser humano.
 Durante años ni me enteré, vivía en casa de mi suegra (la del reveso tenebroso, un encanto de mujer todo hay que decirlo) en la otra punta y apenas se escuchaban las campanas....pero, cumplimos nuestra ilusión de comprar una casa antigua de la familia después de mil veranos de vida familiar en buena armonía y ¡¡¡cachis!!! no caímos en que la cercanía de la Iglesia nos iba a proporcionar más de una alegría, irónicamente lo digo claro está.
 El conjunto musical se compone de dos campanas medianas, una pequeña y la denominada  "grossa" esto es la grande en valenciano.....y, ya pueden imaginarse como se las gasta el campanero cuando ésta se pone en movimiento.
 Pues bien, andaba yo este fin de semana, huyendo de las fallas e intentando olvidar mi triste vida invernal en la ciudad, cuando el campanero decidió que me tenía que dar la madrugada  y comenzó PIN,PAN,PIN,PAN,TIRIRÓ,TIRIRÓ, TACHÍN,TACHÍN y así durante veinticinco espantosos minutos ¡a las ocho en punto! (entiéndanme madrugada le llamó yo a las ocho de la mañana de un sábado) y dale que te pego, dale, todo esto acompañado de los denominados "morteretes" que no son otra cosa que malsonantes petardos mal tirados y sin ritmo alguno (¡claro esto no es Valencia y todavía tienen mucho que aprender de pirotecnia!) con ansia de jorobar al personal durmiente y cuanto más mejor.



Aquí a esto se le llama "redoble general de campanas y disparo de morteretes" como sabiamente habrán deducido y muchos de ustedes ya saben por experiencia propia, otros tienen la buena suerte de no sufrirlo en sus carnes.
 La cosa era que estábamos en San José, fiesta grande donde las haya y más aquí, y tocaba celebrarlo, eso sí, a costa del apacible sueño de los ingenuos durmientes que tenemos la desgracia de morar junto a la Iglesia.
Y en estas estaba yo tan cabreada con la situación de la empresa, de España, de todo en general….  que inventé una melodía, TIRITIRÓ Zapatero es un hijo p…, TIRITIRÓ Zapatero es un mamón, TIRITIRÓ Zapatero es un huevón, TIRITIRÓ Zapatero es un mentiroso.....¡buena terapia vive Dios! no saben lo bien que me vino me levanté siendo otra, , volví a creer en el ser humano político, exorcicé mil fantasmas de la crisis y me encontré mucho mejor, así que el lunes le cuento a mi amiga la bloguera "no sabes como me he curado del cabreo que llevo con el mundo en general " y ella muerta de risa me dice ¿por qué no lo escribes? y en ello estoy.



 La cuestión es que el campanero me tiene amargadita, a mí y los míos así como a todos los que tienen la desgracia de venir invitados a mi casa, que creo que juran en arameo que jamás volverán. Esto es así porque el campanero la tiene tomada conmigo, basta que invite a alguien para que le dé por tocar, pero no vayan a pensar ustedes que toca a unas horas decentes, no, toca a las siete de la mañana cuando alguien muere y ¿por que? se preguntarán, pues por una razón muy sencilla, los miles de agricultores que se supone que hay en el pueblo (creo que quedan dos, el primo Jose y otro) se van a labrar temprano y es "molt precis" que sepan que hay muerto a la vista, no sea que se vayan a perder el duelo...obvio decir que en el pueblo las noticias vuelan y al minuto todo el mundo sabe los pormenores y obviously como has dormido esa noche....pero en fin!




 Y esto no es todo, ya me lo he aprendido, se tocan las vísperas, esto es, el día anterior a las siete de la tarde (justo cuando estás viendo aquella película tan intrigante, en el final cuando el chico dice.... “mi secreto es??????” del que no llegas nunca a enterarte cómo es lógico por el horrible ruido) al rato empieza de nuevo TITIRIRÍ, TITIRIRÓ, TACHÍN, TACHÍN..PIM PAM, PIM PAM para llamar a Misa, estas son tres, una cada cuarto de hora.... de este modo cualquier conversación, lectura o película se da por terminada ipso facto y te das a la bebida como remedio para evitar la sordera y la desesperación y más si es verano y estás en el patio que actúa como caja de resonancia, y en ese caso como decía el chiste "date por jodida"...
Curiosamente, cada vez que vamos de fin de semana, de puente, de vacaciones o de lo que sea,  le entra el celo campanero y está absolutamente decidido a que saboreemos la vida del pueblo...¡nos espía estoy segura!
 Además de las vísperas están las fiestas de moros y cristianos, en estas goza claramente, tiene la excusa perfecta, a las siete para recoger a los capitanes, a las doce para la misa mayor, a las cuatro (la bendita hora de la siesta) para anunciar nosequé, a las ocho para la otra misa, a las once para la procesión, a las once y cuarto cuando la Virgen pasa por no se dónde, a las doce menos cuarto cuando la Virgen está cerca, a las doce y cuarto cuando la Virgen llega a la Iglesia....y así sucesivamente hasta que de nuevo se hacen las siete de la mañana y otra vez TITIRIRÍ, TITIRIRÓ, PIM PAM, PIM PUM, PACHÍN PACHÍN...... a todo esto la casa llena de amigos celebrando mi cumpleaños y sin poder hablar una palabra y todos dándose juiciosamente a la bebida para evitar males mayores...
Y ¿que me dicen del día de año nuevo? supongo que cuando sea muyyyy , muyyyy, viejecita no saldré en Nochevieja pero de momento mantengo la sana costumbre de cenar con todos los amigos  entre los cuales se cuentan muchos de mis amables lectores, y bailar rabiosamente hasta altas horas, gin-tónic va gin-tónic viene y también mantengo la sana costumbre de acostarme muy tarde....
Pero eso al campanero se la sopla, él a las ocho en punto está dando morcilla, no hay almohada que valga, ni tapones de fieltro o de amianto, el PIM PAM, TIRITIRÍ TIRITIRÓ no se acaba nunca, “les morteretes” suenan como si tuvieras a toda la alianza contra Gadaffi en tu habitación y el suplicio es interminable, claro que si al día siguiente alguien tiene la osadía de preguntarte como has dormido...le muerdes sin dudar ni un segundo y le juras por tus muertos que el año próximo le pondrás una demanda  al campanero que se va acordar de toda tu familia eternamente  ¡oyendo las campanas por supuesto! (hay mucha jurisprudencia favorable todo es cuestión de la bondad profesional del abogado y yo lo tengo en casa).
 Francamente lo siento por el querido primo Bautista, su preciosa mujer Críspula y sus hermosos hijos, que todos tan felices después de muchos años de compartir casa con toda la familia,  se trasladaron, como nosotros, del antiguo barrio de las afueras al centro capitalino con la ilusión de gozar de su nuevo hogar y cada día se acuerdan de mis palabras…¡no sabéis como se las gasta el campanero!

 Por no hablar de la desgracia sonora de mis queridos amigos, madrileño él e irunesa ella (Inés y Rosauro), que conocen al dedillo no sólo  los ruidos campaniles sino también las alegrías de la discoteca en los bajos de su casa y tienen, gracias a  esta última y a las noches de insomnio, una marcha bailaora que ni el negro de Boney M.


PD: olvidé hablar del reloj del campanario y su puñetera manía de dar las campanadas cada cuarto de hora "in crescendo" hasta llegar al "allegro" definitivo.....cuando dan las doce, ya sea de día o de noche toca 24 campanadas durante aproximadamente unos diez interminables minutos. Este reloj siempre ha tenido problemas de coordinación por lo que el "campanero" decidió que la mejor forma de que no se estropeara era no parándolo por la noche, esto para regocijo suyo y horror mío, que si antes usaba los tapones sólo el día de la fiesta mayor, ahora no soy nadie sin ellos....eso sí puedo narrar al minuto mis horas de insomnio, "hoy me desperté a las cinco menos cuarto, ayer a las cuatro y media, anteayer a las seis..." cómo verán domino los horarios como nadie... y esto por hablarles de el Maset de los cristianos, muy aficionados ellos a incluir la banda de música entre sus aficiones ruidosas…en fin resignación y tapones señores….