Nada grave, no crean, aunque para mí lo fue.
Mi cara parecía la de un pez globo al que le hubiera dado una apoplejía. ¡Clavadita oigan!
Marisa anteayer |
La razón de tan lamentable estado facial sigue siendo un misterio sin resolver dado que no pudo dar resultados fructíferos el interrogatorio de tercer grado a que me sometió la doctora, mi querida prima la dermatóloga- ya saben que las tengo de todas las especialidades, lo cual es una ventaja- inquiriéndome sobre qué me había puesto o dejado de poner en la cara.
Lo de los médicos tiene tela.
Pese a que no soy "poreguita" -miedica para el castellanoparlante- y he sido bendecida con una salud de hierro, como todo ser terrestre tengo mis más y mis menos y por supuesto una amplia experiencia en consultas y hospitales por las mas diversas afecciones.
Todo comenzó sobre los veinte años. Hasta entonces lo típico, que si la miopía de Rompetechos, que si el dentista asesino, en fin nada de importancia.
Aquel día se casaba una amiga que no nos había invitado y, como en aquella época no estabamos aún "resabias" y bordes como ahora, no nos molestó nada, es más, decidimos acercarnos a la Virgen para verles salir y tirarles arroz.
Así me sentía, como el de abajo |
Pese a ir toda compuesta y ser de la teoría de que una sale de casa con todo hecho, decidi acercarme al asqueroso baño del bar más cercano. Pero no había manera, de ahí no salía nada y el ALIEN seguía luchando dentro de mí.
Y así siguió su lucha hasta que, desesperada solicité un cura o un médico pues creía morir de dolor y como entonces no sabía lo que era un parto, no comparé como hacen todas (y sigo sin saberlo pues Cuchicuchi fue "extraÍdo mecánicamente").
Pócima |
-¿un cólico alcohólico? , decía mi madre "pasmá"
-¿un cólico alcohólico?, me preguntaba yo con graves remordimientos por haber tomado aquella pócima infernal que, juro por arturo, no volví a probar jamás.
Como aquello no cesaba y seguía sin salir nada de dentro de mis entrañas, decidieron llamar al docto vecino médico que, ni corto ni perezoso me inspeccionó allá donde no se puede contar, y después de un rápido examen tactil, decidió que tenía una apendicitis de caballo y que había que operar si o si. Lo curioso del caso es que me dolía en el otro lado, es decir, todo lo contrario que dónde estaba mi apéndice echado a perder.
- Eso no es más que un dolor reflejo, suele ocurrir- argüia a través de mis lamentos.
Y hete aquí que me operaron.
¡Con lo mono que era el rabito ese! |
Ya sin mi querido apéndice,- que no se para que sirve- continué mi vida sin más sobresaltos y desde luego con muchas más opciones al cólico alcohólico -¿que puñetas será eso?- que en esa triste ocasión sin que me lo diagnosticaran de nuevo.
Hasta que sobre los treinta ¡el apéndice fantasma atacó de nuevo!. ¿Cómo es posible? se preguntarán si el docto vecino hasta me lo enseñó, el pobre, allí solito en su frasquito de formol sin mi calor corporal. Pues ¿que les puedo decir?...ni repajolera idea. ¿Era posible que aquel inútil miembro se hubiera reproducido cual rabo de lagartija y estuviera dando por saco de nuevo?...que yo supiera los órganos no se reproducen, entonces ¿que me estaba pasando?
Para intentar averiguar la causa de mis males- después de pasar varias noches en blanco sin molestar a mi Santo, que una es muy considerada- me acerqué al nunca suficientemente apreciado Hospital de Elda, en el que después de una larga espera agónica me hicieron desnudarme de pies a cabeza -¿?- y tumbada en la camilla- en bolas, sin sábana ni ná- asistí a una surrealista conversación entre el médico y un amigo venido recientemente de Australia al que, por lo visto, había echado mucho de menos, los cuales le daban a la sin hueso sin rubor alguno ya que todo me embargaba a mí, en bolas y junto a dos tios que pasaban de la enferma- ¡oigan que estoy aquí! ¡yujuuuu! ¿que pasa?
El diagnóstico "cólico nefrítico" y ¿para eso me quedé en bolas? agua, mucha agua, Nolotiles a manta y cerveza, mucha cerveza decía Amalia "que eso limpia los conductos y te curará".
El apéndice fantasma, ahora cólico nefrítico, atacó durante años en las más extrañas situaciones y lugares, hasta que en un rapto de cordura decidí que ya era hora de poner remedio a estas supuestas piedras que nunca existieron. El nuevo médico me sometió a la más sutil de las torturas, cual es una radiografía de intestinos- ¡evítenlo a toda costa! es humillante, asqueroso y de lo más ruidoso- y nuevo diagnóstico "divertículos" ¿y la solución? -le espeté, ajo y agua me contestó pues el tio es un cachondo....¿lo qué? (modismo típico de Benejama) "pues eso, que Nolotil y ajo y agua" no tiene remedio.
Esta asquerosidad son divertículos |
Mis divertículos y yo convivimos en ingrata armonía, ellos pugnando por salir de mi abdomen y yo defendiéndome y doliéndome cual parturienta periódicamente y sin solución de continuidad.
Ajo y agua.
Salud de hierro???!!! tú??!!! anda ya!!! si tienes más teclas que el piano de BIG!!! que me viene de perlas porque...cuando estás enferma te pareces al señor wilson, véase el balón amigo de Tom Hanks en Naufrago.
ResponderEliminarBueno ahora en serio, no ha estado mal, pero... hacia falta poner la foto de los diverticulos?? y enviar el post a la hora de comer??
Pero ¿cuando me has visto tu a mí quejarme?...será posible que te metas conmigo si soy una espiga al viento azotada por los dolores y no oirás esta boca es mía....¡anda ya!
ResponderEliminaryo estaba delante cuando dijo lo del colico alcoholico y pense que eras la reencarnación del mal y la verdad es que la foto de los divertículos la podías poner en la librerìa de tu casa.
ResponderEliminar¡Que manía con la foto! pues es lo que llevo dentro de mí y seguramente alguno de vosotros sin saberlo, o que te crees tu ¿que el hígado es bonito? y ¿el estómago? pues que sepas que todo lo que hay dentro es asqueroso por eso no somos transparentes porque nos moriríamos de asco si nos vieramos...ale
EliminarMarisín, no conocía yo esa dolencia tuya! Pobreta. Cuando te vuelva a dar cuéntanoslo, y te daremos conversación para que te pase más rápido.
ResponderEliminarBueno, gracias por arrancarnos una sonrisa!!!
Mónica.
El otro día para que se me pasara me fui al pádel y efectivamente se pasó, pero en cuanto llegué a casa ¡otra vez!...está claro que el reposo no es nada recomendable con esta dolencia...en fin es asquerosa y coñazo a más no poder y además no se cura nunca...buaaaa
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Hola soy "Ines" la mujer de Rosauro. Eres la mejor. No sabes las risas con mi hermana y mi cuñaó leyendo tus hazañas... algunas nuestras también. Un abrazo muy fuerte de todos especialmente de mi cuchicuchi que está alucinando de como escribes. muacs.
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