martes, 29 de noviembre de 2011

MENS SANA IN CORPORE MERDÓS



Desde pequeña he odiado el deporte, no me gustaban ninguna de las lúdicas y cansadas actividades que parecían entusiasmar a todos los que me rodeaban.

 Entonces no había tanta tontería con aquello de "mens sana in corpore sano" ¡cómo iba a tener un cuerpo poco sano si no había cumplido los quince!. En esas deliciosas edades una tiene un cuerpecito serrano que añora durante el resto de su vida y no era plan cargarselo haciendo el imbécil con el ejercicio....no fuera a quedarme como una de estas...

  Además una siempre ha presumido de tener una mente bastante sana y si me dedicaba a incrementar su potencial corría el peligro ser secuestrada por un algún organismo secreto de la CIA y encerrada de por vida para servir a oscuros intereses y eso no era una opción admisible, por eso pronto desistí de seguir la estela del resto y abracé con fruición el sendentarismo más absoluto.
 De modo que decidí aquello de correr, hacer gimnasia, saltar el potro y participar en festivales con una estúpida maza o un rídiculo aro no iba conmigo.  Era un bicho raro. Todas mis compañeras se morían porque llegara la hora de la clase de gimnasia, salían corriendo por el pasillo dando alegres saltitos y grititos entusiasmadas ante la perspectiva de una hora en el parque.
 Y yo ¿que quieren que les diga? no conseguía entenderlas...si por lo menos el profesor hubiera estado bueno pues vale, pero el caso es que no sólo no era profesor sino que era una especie de bruja malencarada que no hacía más que chillarme y que perdía el seso con las que tenían el cuerpo de goma, que no es mi caso, además a esto y a un frío del carajo- o a un calor sahariano- había que sumar a la ecuación el duro suelo de asfalto sobre el que se suponía que YO debía hacer el pino o la voltereta  lateral...tarea ésta imposible que jamás he logrado culminar. Tenía a mi favor mi escasa capacidad pulmonar y el tener un cuerpo tan duro que ni Pinocho antes de convertirse en niño lo sufría. 
 Todos los años venía un médico- o era una enfermera, para el caso es lo mismo- que nos sometía a un ¿exhaustivo? examen físico y entre las pruebas estaba la de soplar una especie de tubito que inflaba una cosa que subía y bajaba según la potencia, vamos algo parecido a un alcoholímetro pero sin multa. La menda no conseguía por más que soplara que aquello se moviera apenas unos centímetros y eso que me esforzaba, lo cual explica perfectamente porque jamás fui capaz de dar una vuelta completa al parque del colegio sin que tuvieran que hacerme la respiración asistida. Como aquello era una asignatura que no había más remedio que aprobar so pena de no poder seguir estudiando de mayor y so-papo que me hubiera metido mi querido Willy de no haberla superado, no tuve más opción que hacer todo lo posible para pasarla.
Pero la vida te lleva por extraños caminos y aquello que un día te parecía un principio vital indiscutible se convierte por mor -(por amor de, según la RAE)-de los hombres en una chorrada. Ahí me ven a mí, años después,con mi novio opositor navegando cual lobo de mar por los mares de Jávea como una consumada deportista de vela ligera dando incluso lecciones a aquellos que osaban llamar cuerdas a los CABOS o ESCOTAS ¡quien te ha visto y quien te ve! con lo pesado que era aquello, Deu Meu, levantándote de buena mañana para acudir a aparejar el barquito, descolgarlo al mar, hacer cien mil maniobras para superar la bocana y tirarte toda la mañana haciendo el chorra para intentar ganar la manga a otros que hacían el chorra de igual modo. Terminaba agotada y hecha polvo...lo único bueno era la cerveza que luego me metía entre pecho y espalda en el Naútico.
 Más adelante mi querido churri- que intentaba ligarme todo hay que decirlo- se empeñó en llevarme a correr a las pistas universitarias. Perfectamente prertrechada aparecí por allí, zapatillas que no se de dónde saqué porque entonces no formaban parte de mi "fondo de armario", pantalón corto que le robé a mi hermano y alguna camiseta de lo más cool de entonces....¡catastrófico oigan! si el parque del colegio me parecía infinito aquel circuito maldito no se acababa nunca...400 metros de sufrimiento, de sudor y de ahogo que lógicamente no culminé con éxito y si con mucho dolor medio acabé -doscientos cochinos metros fue mi récord- ante la perspectiva de una cerveza bien fría- de nuevo mi salvación-. Pero la historia no terminó aquí, tanto él como mi querido cuñado se apuntaron- y me incluyeron- a la primera maratón que se celebró. No crean que era como las de ahora, aquella sólo cubría cinco o seis kilómetros, pero para mí fue como si me hubieran pedido que diera la vuelta a África. Como ya habrán deducido a menos de la mitad del camino hice un alto en éste y me aposenté en un bar de la Gran Vía a la espera del final....no crean que fui la única, los dos llegaron a la misma conclusión que yo ¡eso de correr no puede ser sano!
 Como esto se está haciendo muy largo cortaré de momento con la intención SANA de volver sobre mi ruinosa y escasa vida deportiva y con la certeza de que para tener una mente SANA no hace puñetera la falta ponerse a correr o chorradas semejantes ya que con un cuerpo de lo más merdós se puede ser igual de listo o más que un deportista de élite...¡he dicho! y si no lo creen miren al Jabha gordo, indolente, siempre sentado y comiendo pero más listo que el hambre, consiguió capturar al estupendo Han Solo...¡anda ya!



PD: los que siguen mi filosofía anti-deporte me reprocharán mi traición al dedicarme a día de hoy a practicar el pádel con auténtico entusiasmo pero los que me conocen bien saben las razones de tal incoherencia que ya expliqué en otro post y además también saben que juego como si estuviera tullida y manca pero al final del partido...¡siempre hay una cerveza helada esperándome!...




domingo, 13 de noviembre de 2011

NO PUEDO VIVIR SIN ELLA



No será que no lo intento. No puedo vivir sin ella.
Su poder es superior a mi voluntad.
Me posee, me envuelve y me hace su esclava.
Es tal su fuerza que no soy la única que he caído en sus garras.
A ver ¿cuantos de los que me leen no se han dejado envolver por su embrujo al menos en una ocasión y cuantos son capaces de evitarla?
 Es rubia- como yo-, es fresca -yo no, en el mal sentido ya me entienden, además una ya no está una en edad de serlo ¡cachis!- y es barata, entra como la hidromiel del Olimpo y te deja un puntito gozoso que te impide desengancharte.
Ya habrán adivinado que hablo de la CERVEZA.
 Los que bebemos cerveza somos seres especiales.
No voy a decir que nuestra vida gire en torno a ella, pero casi.
 Los bebedores de cerveza nos reconocemos entre nosotros, nos juntamos y hacemos amistades eternas alrededor de unas cañas.
 Así son mis amigos -con alguna deshonrosa excepción- como yo, bebedores de cerveza.
 Una cerveza se debe tomar helada o como dice Mariajo, en el puntito de congelación, se puede tomar casi en cualquier momento y se pueden beber muchas sin que ello afecte a tu capacidad de raciocinio, ya me entienden, ese raciocinio que se precisa durante los días de asueto que no es demasiado.
La hora fetén es la una y media del mediodía. Es en ese momento cuando te entra un nosequé que te llama hacia una caña.
 Todos los días camino sobre esa hora hacia casa por la calle del vicio, la calle Císcar, toíta llena de bares con terraza y de gente sentada al sol que a esa hora se están metiendo entre pecho y espalda unos deliciosos y fresquitos dobles de ahíteespero (¿es que la gente no tiene nada que hacer o qué?) y claro una que no es de piedra empieza a notar la llamada del brebaje con  tal intensidad que estoy a punto de llamar al cura del exorcista -si es que tiene móvil- para que practique conmigo y me libre de ese mal que me corroe.


No es fácil resistirse.
 Abro la nevera y todos los días, lo juroporarturo, me planteo la horrible duda...¿cerveza o coca-cola light? lógicamente lo que me pide el cuerpo es lo primero, pero lo que me pide la báscula es lo segundo....es una lucha titánica que consume mis energías, de modo que una vez consumidas -unas mil calorías- me decido por la primera y como no hay una sin dos me veo de nuevo en la disyuntiva.....pero no crean que siempre es así...hay días en que me bebo una coca porque previamente me he subido a la báscula.

 Mis amigos, ya les he dicho, son iguales.
Lo han probado todo pero no han podido evitar seguir enganchados. Cada verano en nuestro maravilloso mundo virtual se impone una nueva moda como alternativa al mágico brebaje. Han probado con la tónica, el oporto, la coca, el vino y finalmente con la gaseosa que parece que se ha alzado con el trofeo de ser la segunda bebida más consumida por los lletseteros.
Pero esto es pura apariencia y necesidad de autojustificación porque después de una Casera caen tres o cuatro cervezas sin que el propietario del gaznate puede hacer nada por evitarlo, esto explica nuestra actual ansia deportiva pues después de noches y noches en los "abuelos"- que así llamamos al templo del vicio, que no es otro que el Hogar del  Jubilado - consumiendo cerveza a mansalva se plantea uno la necesidad de rebajar esa barriga tan característica que se te pone y que ni con el cuchillo eléctrico a toda potencia consigues eliminar, con lo cual nos dedicamos al pádel y a la bici con fruición quizás en un ejercicio de contrición por habernos dejado llevar por la tentación (¿se  han fijado? todo acaba en ón, juajua).

LOS ABUELOS, el lugar del vicio







 Sale caro, muy caro, tanto dentro como fuera de casa.
Fuera necesitas casi un sueldo para subvenir al vicio y dentro una despensa del tamaño del almacén del arca perdida- estoy por dedicar una habitación en Benejama exclusivamente a las latas de AMSTEL- mi nevera no puede con el esfuerzo que se le exige en verano y constantemente he de llamar al técnico para que la ausculte. Mis amigos no me dan tregua...¿que tal una cervecita Cuchicuchi? y otra y otra .....y así hasta el infinito.
 Pero no crean que yo me corto un duro.
En casa ajena no tengo piedad....si hay  confianza ataco la nevera con energía y entre mi churri y yo acabamos con las provisiones y previsiones que un buen padre de familia- como denomina del Código Civil a mis amigos varones- tendría hechas para varios meses de consumo cervecero...¡ahora entiendo porqué últimamente nadie me invita, sniff! testigos de esto son entre otros el marino americano y su dulce esposa, los madrileños, el otro marino y Críspula, mi queridos cuñados -estos tampoco se cortan ¡será de familia!- y por supuesto mi hermana, aunque no tengo muy claro cual de las dos ganaría en un concurso cervecero.
 Fuera de casa la cosa pinta similar ¿en cuantas cenas hemos pagado más por la cerveza que por la comida? -y no sigo porque no quiero dar argumentos a los que siempre protestan- la mesa del condumio más parece un concurso de tragos que la de una cena entre personas civilizadas y amables como somos. Y así debido a estas características que adornan nuestras cenas veraniegas rebautizamos el pueblo que nos contempla en tan gratos momentos con el nombre de Campo de Birra.......-¡ ingenioso fue Alberto aquel día, ante unas jarras por supuesto!- aquí el propietario del bar sigue una curiosa y a la vez provechosa estrategia (para su bolsillo, claro está) nos sirve jarras y jarras de tentación pero nunca llega la comida, de modo que hasta los abstemios se dan al grato placer de ingerir el preciado elemento.....en las dos horas posteriores a nuestra llegada al lugar hemos terminado con las provisiones de la semana y desde luego lo de menos son los montaditos, las colesterolíticas tapas, las gildas o lo que tenga a bien servirnos....una vez dada buena cuenta de la cerveza nos tomamos lo que nos echen al gaznate sin importarnos si está bueno o malo y por supuesto lo de la calidad ni nos lo planteamos....¡listo el tío, ¿eh?! 

 Lo que les cuento les puede hacer comprender porqué una se pasa la vida entre régimen y dieta....¡no puedo resistirme al placer de una o varias cervezas bien tiradas! o de la lata, o de botella o de lo que sea.....con tal de que sea cerveza en un momento de necesidad me tomaría hasta una Coronita..puajj hasta ese punto llega mi adicción...


 La reina Isabel II se ha inclinado por ella...
con corona y todo...eso es veteranía

De  la familia ¡ni les cuento! mi abuelita murió casi de 100 años y a esa edad tomaba cerveza a menudo....mi madre se toma dos diarias y está como una rosa...ninguno de mis primos se resiste al placer de su espuma, el catalán fleta varios camiones cuba para cuando vamos a visitarle a su pueblo- este es de los que todavía se resiste..es  más ¡es abstemio!..no lo entiendo- pero comprende perfectamente nuestra ansia...¡el ansia!.
 Es tal su poder que hasta las geminis se han dejado arrastrar y de vez en cuando la toman..aunque un poco light ¡con limón, que horror! pero bueno, algo es algo.....¡ya caerán!...entre todos conseguiremos arrastrarlas al vicio.
 Bueno, como me he extendido demasiado les dejo no sin la recomendación de que ¡BEBAN BUENA CERVEZA! y disfruten de su amargo sabor y cuando abran una se acuerden de mí.
 PD: Pueden pasar a comentar porque si no como dice Hommer:
También les exhorto a que pinchen en PARTICIPAR EN ESTE SITIO, situado en la parte derecha de arriba del blog y se hagan seguidores, me haría mucha ilusión y si quieren estar al loro que cuando escribo, en la parte baja pueden pinchar SUSCRIBIRSE A ENTRADAS.....gracias y también si tienen a bien me pueden invitar a una coca-cola...¡era broma cogno!

Otra PD: añado este link por sugerencia de un amigo al que no le gusta nada la cerveza..¡ya quisiera él que no le gustara  para mantener el tipín!...juajua
http://www.todomountainbike.es/art/nutricion-7-razones-saludables-mas-para-beber-cerveza-con-moderacion