viernes, 11 de mayo de 2012

VA DE REGALOS


 Dentro de poco es mi santo y un poco más adelante, en el fervor de "festes", mi cumpleaños"...y después vienen los Reyes.
 Como todos los seres- humanos o no- tengo este defecto, me dedico a cumplir años irremediablemente y sin solución de continuidad. 
 Y estas fechas que se suponen deberían ser un momento gozoso no lo son tanto por dos razones, a saber: se incrementan las arrugas, las carnes antaño turgentes y estupendas pierden su firmeza justo eso día- lo juro lo noto, es como si supieran que toca ablandarse y caerse- la Hp de la arruga también- ya les dije que tiene vida propia y va su bola. Y la segunda razón es que te hacen regalos. No se me ofendan, yo tan agradecida y feliz y les insto a que sigan con esa sana costumbre, porque me encanta recibir regalos...pero...siempre hay un pero...en algunas ocasiones a lo largo de mi ya dilatada vida he recibido- como supongo que todos- regalos que merecerían figurar en el museo de los horrores, otros de fusilamiento inmediato e incluso algunos que te incitan al suicidio..¡que habré hecho yo para merecer esto!
En otro tiempo- ya saben que una que es muy flamenca ha tenido varios novios, duraderos por cierto lo cual dio para bastantes cumpleaños, santos y Reyes Magos- sufrí lo indecible.
Llegaba el día de Reyes y yo me ponía a temblar.
No porque me dieran miedo tan ilustres señores, sino porque los tíos se cebaban conmigo cada año ¡yo creo que me tenían manía! y si no era eso- que no hay porqué ¡que una es rubia y a las rubias no se las odia! - está claro que lo que tenían era una memoria de pez y el gusto en el culo.
Y no será que no les mimaba y lo sigo haciendo, todos los años sin excepción les pongo una naranja bien hermosa -es lo que tiene el Mediterráneo-, un buen vaso de leche entera- que esa desnatada es una birria-, agua de Evián, no olviden que son nobles y algo pijos, y a los camellos hojas de acacia directamente importadas del Sahara con sus espinitas y todo, pero ¡ni por esas!..me temo que el fallo fue que no les cambié la dieta para hacerles más la pelota.
 Llegado el gran día esperaba -y sigo haciéndolo- con el fervor de niño de siete años y más ilusión que la de Gallardón por ser ministro, a abrir los paquetes de regalos que tenían a bien dejar junto a mis zapatos, o lo que me hacían en  mis santos o cumples.
 
Pero, año tras año ¡mi gozo en un pozo! 

- Uy, muchas gracias- le decía a la que pensaba que iba ser a mi cuñada- otra bufanda ¡que bonita, creo que no tenía ninguna de color caca!, con esta ya completé la colección de bufandas horrendas tipo Choni....
-Jó, querida suegra -que no lo fue- que chaqueta mil rayas tan idealdelamuerte y con una combinación de colores que ni la Esteban se atrevería a ponerse...
- Caray cuñadito -que tampoco lo fue- gracias por la decimonovena cartera que me regalas en los últimos cuatro años..
-Hombre otro pijama...y ¡que suerte otro collar imposible!
 Y así, siguió la historia...conseguí, entre santos, cumpleaños y reyes una colección inimaginable de regalos horrendos que guardo en mi particular "cementerio de objetos olvidados" y que de vez en cuando  me dedico a mirar por simple curiosidad sociológica. Y mira que hace años de aquello. 

 Una de mis "suegrasquenollegóaserlo" tenía -y esto lo juro por lo peces de colores porque lo vi en persona- una habitación tipo despensa en la que guardaba los regalos horribles que le iban haciendo y sin rubor alguno por su parte los endilgaba al primer incauto que tuviera algo que celebrar...¡que tía! y eso que estaba forrada...lo que no entiendo es como no le daba vergüenza que alguien pudiera pensar que tenía el gusto en el culo por hacer esos regalos. Yo llegué a ser víctima de tal engaño y encima ¡gracias!...como una no sabe disimular, mira que lo intento pero no lo consigo, mi cara debía ser un mapa, con aquel horrible bolso que de tan feo que era pensé que se trataba de una bolsa de aseo. Yo, que no tengo ese espíritu, no me he atrevido a colarles a ustedes todos esos regalos pero les advierto que como la crisis siga como va ¡no se llamen a engaño los afectados! tengo varias docenas de objetos "perdidos" listos para ser colocados a la mínima de cambio.
¡que ridículo jopé!
¡ideal de la muerte!...¿no?

 Guardo una docena de bufandas y echarpes a cada cual más horrorosa y difícil de combinar; bolsos de fiesta se juntan cuatro o cinco los tengo de todos los colores y tejidos...¡pá dónde voy yo! que jamás tengo una fiesta de postín; pijamas de ositos, perros, conejitos y demás cursis animalitos, todos ellos antilujuria que quedan reservados para los fríos días de invierno con los cuales, como se imaginarán, mi santo ni me mira y ¡a pasar la mano por la pared!; más collares que la mujer de Franco, pero no de perlas obviamente, sino de esos directamente importados de China a tres euros la docena; chaquetas de rayas, rombos, cuadros y estampados- odio los estampados; best-sellers de los autores más cutres que hayan pisado el Parnaso; agendas -yo que no uso- para todos los gustos; colonias de Eau de Cabra, de Maderas de Oriente, con un olor a putón desorejado que ahuyentaría hasta a un naúfrago después de diez años sin conocer mujer; llaveros de perritos, de coches, con luz propia, que les silbas y acuden ¡uy que yuyu!...marcos de fotos de conchitas playeras, dorados, con luz, de colores y hasta mascaras venecianas, si esas horrendas que dan más miedo que Freddy Kugger y por supuesto objetos de porcelana de los que es imposible adivinar para que sirven, no puedes saber si es un jarrón o una botella de esas que te dan en el hospital para hacer pis cuando te operan...por supuesto con flores o dorado y negro -¡que combinación más horrenda!- que espantarían hasta a una Maruja de mercadillo.
¿es un jarrón o es...?
¿y esto...?












Así que ándense con cuidado porque puede tocarles en suerte cualquiera de estos objetos cuando llegue su día....¡estén atentos!


Estupendos ejemplares de jerseys


¡a ver quien se calza esto!

Perfecto look choni churri
PD: lo tengo pensado un día me voy a decidir a juntarlo todo y usarlo así: dormir con conejitos, zapatillas de perro pachón....al día siguiente, chaqueta americana de rayas imposibles, cominadas con jersey de rombos, bufanda color caca, collar de mil cuentas y bolso de rasodelmalo con plumas de faisán de pega......¡menudo esperpento!...colonia de Eau de Pedée y laca de uñas fashion -que también tengo- morada combinada con finas perlas nacaradas...en fin ¡pasen y vean el espectáculo! no se lo pierdan.......por todas estas razones les insto a que en el futuro cuando tengan que regalar algo a un ser querido piensen en lo que le gusta, no escojan al azar, mediten si no quieren verle disfrazado como pienso hacer yo este verano. Avisaré con tiempo.



viernes, 4 de mayo de 2012

SANTANERAS

Entrada al Parque Colegio Santa Ana



 Eramos distintas, o al menos nosotras nos veíamos diferentes al resto de colegialas de Valencia ¡narices! no en vano eramos "santaneras" y eso es algo que quieras o no te marca de por vida- de hecho seguimos y seguiremos siendo especiales hasta el final- nos reconocemos al hablar, por la actitud, el carácter y sobre todo por el genio- de geniales y malaléchicas- y sobre todo por ser como somos.
 Ser santaneras nos dio un carácter especial y un arrojo que no observo en el resto...-evidentemente hay muchas mujeres valientes pero creo, sin temor a equivocarme, que todas nosotras lo eramos y lo seguimos siendo-...y mientras que en los demás colegios las había o no, en el nuestro eramos una abrumadora mayoría de mujeres aguerridas, valientes, descaradas pero a la vez educadas, avanzadas, sin pelos en la lengua y sin miedo al que dirán. 
Quizas marcaron nuestra forma de ser algunos hechos diferenciales que hacían de Santa Ana un colegio distinto a los demás.
Una muestra de Santaneras


 Un de ellos- determinante- fue y creo que sigue siendo que no hubiera un colegio de chicos junto al nuestro. Para los más jóvenes me siento obligada a aclarar que en aquella época los colegios- normales- eran de chicos o de chicas y no había opción. Te criabas rodeada de personas de tu mismo sexo- lo cual tiene sus ventajas y obviamente sus inconvenientes- lo cual te marcaba indefectiblemente. 
Aquello de tener chicos enfrente- pensabamos entonces y con mucha envidia- debía ser algo maravilloso. 
Observarles a la salida, ligar, que te persiguieran (entonces eran ellos los que llevaban la iniciativa) incluso que se burlaran de tí, eso prometía ser una suerte de paraiso del que las santaneras no gozabamos. 
 Algunas privilegiadas teníamos hermanos mayores, casi siempre de Escolapios, lo cual suponía poder contactar con el sexo prohibido- porque prohibido estaba- conocer a los amigos de tus asquerosos o bordes hermanos, a los que encontrabamos guapísimos aunque no lo fueran, fundamentalente por nuestra escasa relación con ellos, enamorarnos de aquel primo de Elena o de Ana al que habíamos visto una vez en el cine de Escolapios y no  nos había hecho ni caso-  ahora que tengo un hijo de esa edad se positivamente que ni se dio cuenta de nuestra existencia- escribir su nombre en la carpeta, soñar con sus ojos cuyo color ni recordabamos porque una vez no da para más.....en fin imaginarnos como sería la vida de las asquerosas de Esclavas que les veían día a día, o las cursis de Guadalaviar que gozaban de los guapos chicos de El Pilar -los más guapos de Valencia sin duda alguna- o las del Loreto con los de Maristas- jamás conocí a ninguno, debían ser anodinos, aunque luego me casé con uno- ¡que suerte tenían! les veían todos los días, podían volver con ellos a casa, ligaban....Y mientras nosotras totalmente enloquecidas cada vez que algún pobre desgraciado de nuestra edad tenía la genial idea de ir a recoger a su hermanita...¡como lobas acechándole! se corría la voz "ha venido un tío" " está buenísimo" . El pobre sufría tal acoso que juraba por sus muertos que aunque su madre le amenazara con tortura china jamás volvería a pisar aquel recinto lleno de damas en celo.

Las monjas contribuyeron notablemente a nuestro carácter. No en vano la mayoría de ellas eran licenciadas- cuando entonces era algo inusual en una mujer y menos siendo monja- y aún cuando muchas de ellas vivían en los mundos de yupi, la mayoría tenían los pies bien asentados en la tierra y eran notablemente sensatas...obviamente siempre había alguna que te jodía la vida, pero eran las menos.
Mujeres cultas, preparadas y con cierto sentido común nos enseñaron que en la vida nos las teníamos que ver con muchos problemas y dificultades y las teníamos que afrontar solitas, sin tener que estar apoyadas en un hombre que nos sacara las castañas del fuego. Y sin prisa pero sin pausa hicieron de nosotras mujeres independientes, libres y autosuficientes.
 Una de las formas que tenían de aleccionarnos era la de no aceptar tonterías de ninguna clase- entonces los padres no iban al colegio a dar morcilla y amenazar al profesorado, simplemente dejaban hacer y confiaban en ellos- así día a día cuando ya eramos adolescentes insoportables la profesoras de matemáticas nos revisaba los cuellos, las orejas, nos hacía quitarnos el rimmel y la pintura de la cara que ¡francamente no se para que nos poníamos si no había chicos a los que ligar!....
Pelos como yo de pequeña
 Siendo yo bien pequeña y desastrada- como hoy día sigo siendo-  aprendíamos a escribir con pluma. Entonces se consideraba que era la forma más noble de escritura y aquellas estilográficas carecían de carga removible, se rellenaban con tintero mediante un émbolo que como fallara te llenaba el babi, la cara y las manos de tinta indeleble. Pese a mis notables esfuerzos...¡lo juro! acababa cual cebra ¡llena de tinta hasta las orejas! y por supuesto con mi melena por la cintura como la mujer de Tim Burton en sus peores pesadillas, la goma al final de la coleta- obligatoria en mi cole- las greñas de un gremlin enloquecido y la cara como un mapa llena de borrones. Aquel día la hermana "nomeacuerdocual"-bueno si me acuerdo pero no lo digo- me cogió de  la mano y pillando a otra niña de clase -la ejemplar por limpia, lista, educada y perfecta cuyo nombre sí recuerdo pero tampoco digo- nos llevó de aula en aula como muestra de lo que debía y no debía ser una niña ejemplar. Como comprenderán aquello me la sopló...conociéndome sabrán que me importó un rábano!...no tendría más de seis o siete años pero- como ahora- ya los tenía muy bien puestos y es más ¡me sentí como el ejemplo a seguir! por supuesto jaleada por mis amigas. No era la mejor forma de educar ni de formar a una niña pero a mí me sirvió como reafirmación en mi carácter que poco ha cambiado desde entonces...siempre a mejor. Si alguna vez volvieron a joderme- que lo hicieron- no sirvió sino para que siga siendo como soy y cada vez más orgullosa de serlo. Una santanera como muchas somos, alegres, agerridas, valientes, descaradas, autosuficientes y con un carácter especial que nos hace ser como somos "SANTANANERAS".

Con uniforme, seria y muerta de risa

Hay mucho más para seguir contando y no duden que lo haré, lo tengo medio escrito, recuerdo tantas cosas que me ocuparían un libro, así que poco a poco las iré desgranando y con ayuda de mis amigas- que espero que me manden anécdotas- podremos completar el cuadro de aquellos años jodidos y maravillosos a la vez...y no sigo porque esto me ha quedado demasiado largo

PD: obviamente hoy es viernes y escribo con un gin-tónic y un purito...como siempre.