sábado, 8 de enero de 2011

¡FELIZ CINCUENTA! en la gasolinera


El otro día estaba yo pintándome la raya, porque oigan los años no perdonan, cuando empieza a llamar gente al programa de Herrera contando despistes y olvidos y me dije, ¡esta es la mía! ahora mismo estoy llamando a contar lo que les pasó a mis amigos un nefasto puente de 1º de noviembre como consecuencia de un combinado de distracción, incomunicación y descuido.
Ahí me ven a mí en el pueblo, donde no hay casi cobertura, como una loca marcando el teléfono para contar mi historia pero, como suele ocurrir en estos caso,s no hubo manera de comunicar así que decidí contarlo en esta blogosfera (ufff!! por la palabra).
Pues bien como les digo, era el previo al puente de Todos los Santos y mi churri y yo andábamos por la cocina de casa trasteando cuando recordamos que era el cumpleaños de su gran amiga Mª Angustias ¡cumplía 50! y esa ocasión no se podía desperdiciar, había que llamar para, no solo felicitarla sino también regodearse un poco y recordarle que nosotros aún gozábamos de la cuarentena y, mi churri, que es muy socarrón, no podía dejar pasar esta oportunidad.
Así que marca raudo y veloz...
-¿Mª Angustias?....¡Felicidades! de repente calla y comienza a poner cara de poker, de asombro, de pánico y a gesticular y llamar mi atención ...
-pero ¡no puede ser lo que me estás contando! ¡no me lo puedo creer! y ¿estás sola? ¿les has llamado? ¿que no te cogen el móvil?..ja,ja,es lo mejor que he oído en mi vida, si me lo cuentan en una película no me lo creo...¡que fuerte! y cuando cuelga me cuenta:
-Me coge en teléfono la felicito y al fondo se oye una vocecita que habla como si estuviera en misa o en el cine...- oye soy yo estoy aquí en una gasolinera..
-¿cómo en una gasolinera? le dice mi churri...
-si aquí en medio de Castilla, sola y con un frío que pela
- Pero ¿que ha pasado? ...
- Déjate, iba camino del pueblo con mi padre y mi cuñado Alberto conduciendo, y hemos parado a repostar, yo como casi siempre he salido al baño y cuando he vuelto me he encontrado con que el coche no estaba, estaba sola en mitad de la noche en un descampado perdido en Castilla a más de cien km por cada lado de lugares asequibles.
¿Has llamado? ¡claro pero no me lo cogen, Alberto lo debe llevar en el abrigo que está detrás y mi padre ni lo lleva! acabo de llamar a mi hermana pero ¡no encuentro a nadie! dice con desesperación y al borde del llanto ¡imagínate, mi 50 cumpleaños y yo aquí en medio de la nada y sola!
Como no se podía aguantar, mi churri llamó a todos los amigos, ¡no sabéis lo que les ha pasado a Mª Angustias y Alberto! ¡es lo mes gran!..y así... pasan las horas y nosotros haciendo un seguimiento que ni la NASA con el Discovery cada minuto llamando, hasta que nos enteramos del desenlace y sobre todo de las causas de tamaño despiste.
Iba conduciendo Alberto junto a su suegro en el asiento delantero, MªAngustias iba detrás callada como una muerta durante más de 200 km. Cuando llegan a repostar Alberto baja y lo mismo hace su suegro, nuestra amiga se queda en el coche..pero...sólo momentáneamente y es en el momento en que ellos están dentro de la tienda, cuando se le ocurre salir al baño sin decir nada a nadie (cosa que parece que es bastante habitual para desesperación de su familia, siempre en el último minuto).
Aquellos entran en el coche miran detrás y como ven un bulto entre todos los abrigos piensan que su hija y cuñada está tan ricamente dormida.
 Alberto contaba que durante más de 200 km su suegro de vez en cuando la llamaba..Mari, Mari..ah, está dormida, decía mirando los bultos de abrigos del asiento trasero y de vez en cuando le daba conversación y, dado que ella es bastante silenciosa nadie se extrañó de que no contestara.
  Mª Angustias, que tiene más recursos de lo que aparenta, les pidió a unos chicos que la llevaran hasta donde pudieran camino del pueblo, con la esperanza de poder contactar con su cuñado Alberto y que acudiera a recogerla.
A todo esto imagínense la cara de los de la gasolinera ¡no daban crédito! ¡pobre chica! ¡y en su cincuenta cumpleaños!
 Finalmente todo se solucionó satisfactoriamente, Alberto milagrosamente bajó el volumen de la música de Marlango que escuchaba y oyó el débil sonido del móvil.....Imagínense su cara cuando desde el otro lado oye a Mª Angustias ¡Alberto que estoy aquí tirada en una gasolinera en medio del campo!
 Ella que fue bastante lista había conseguido llegar tres gasolineras más adelante (como quien adelanta tres casillas en el Monolopy) y Alberto a su vez tuvo que retroceder otras cuatro, ya casi había llegado al pueblo cuando se percató del desastre, y allí en medio de La Mancha se produjo el reencuentro feliz.
 Pero lo peor de esta anécdota, que en este caso les juro que es rigurosamente cierta, no fue el frío, la humillación de pensar que nadie te ve, tu cumpleaños gafado, fue que, como en todos los pueblos de España y del mundo, las noticias corren como la pólvora y al día siguiente la mitad de los habitantes del pueblo se acercaron a Mª Angustias con un socarrón ¿que, un cumpleaños muy divertido, no? ¿que tal La Mancha nocturna? (entiéndase aquí el doble sentido) esto es algo que nuestra amiga lleva muy mal, porque se puede soportar que no te vean, incluso que te ignoren, pero que medio pueblo y luego media ciudad sepa de tu desgracia y te haga burlita cada vez que te los cruzas
¡eso no hay quien lo aguante...!

PD: cuando salgan al baño en una gasolinera cerciorense de que lo han gritado a los cuatro vientos y que todo el público presente se ha enterado que ud. ha bajado del coche, pues si no corren el riesgo de acabar como nuestra amiga, por cierto al programa de Herrera llamó otro contando una historia similar en la que se había olvidado de ¡su mujer!. No se si los que abandonan abuelitos en verano utilizarán en adelante la excusa del despiste pero creo que esto es más habitual de lo que parece.

3 comentarios:

  1. Es una anécdota increible,pero real cómo la vida misma, pobre chica, yo no les hubiese dirigido la palabra en una temporada. Mira que olvidarse de Mª Angustias, y dejarla tirada cómo una colilla. La PD, no hay que olvidarla nunca, porque hay gente pa tó, como relata cuchicuchi.

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  2. me he reído una vez mas, ya la conocía. espero que no me pase a mi, mas que nada por lo de ser gemela.

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  3. eso solo lo puede hacer Alberto, mucho jugar al padel y poco utilizar el retrovisor.

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